23 de febrero:El día de hoy cruzamos la heliopausa. No ha sido nada sorprendente: después de cruzar el cinturón de asteroides y la nube de Oort, llegamos al vacío entre las estrellas. Nos despedimos de Sol. Olivia dice que la Mandelbrot se ha ganado el título de nave interestelar: me dio un beso. Todavía nos esperan siete años de viaje, sin embargo.
1 de marzo:Hemos terminado las transmisiones y nos disponemos a entrar en hibernación. La patria de los fractaleses es un punto, tanto en las ventanas de la nave como en los monitores. Cuando despertemos, ese punto se habrá convertido en un par de soles. No sólo los fractaleses tienen curiosidad por el regalo que les llevamos, también nosotros nos preguntamos cómo se verá el vitral bajo la luz combinada de una estrella azul y otra amarilla. Por no mencionar que tampoco sabemos exactamente como se verán los fractaleses.
2 de marzo:Tengo insomnio. Es más fácil entrar en hibernación profunda si se empieza a administrar las drogas cuando uno está dormido, pero es difícil para mí dominar la tensión.
-¡Se supone que ya deberías estar dormido!- me riñe Olivia, quien está somnolienta ya.
-No te preocupes, me dormiré en un par de horas.- Es mentira y Olivia lo sabe tan bien como yo. De hecho, lo sabe mejor: ella es la bióloga y psicóloga del equipo.
-De acuerdo. -Olivia cierra sus ojos, sus bellos ojos- ¡No ronques!
3 de marzo:Llevo más de quince horas sin poder dormirme. Me he paseado arriba y abajo, por toda la nave. Jugué ajedrez contra la computadora, escuché a los Beatles y nada: sigo aquí. Olivia duerme.
No es que haya perdido este tiempo. He consultado de nuevo los datos acerca de los fractaleses. Escuché por lo menos diez veces el reportaje del primer contacto. Es curioso: nuestros antepasados se imaginaban como la única especie consciente del Universo. Los fractaleses se imaginaban como la última especie inteligente. De cualquier manera, el encuentro fue una sorpresa para ambas culturas. Bien mirado, es raro que la nuestra sea la primera visita cara a cara (aunque los fractaleses no tengan una). La comunicación por radio no es suficiente para llegar a conocer a nadie.
También me he paseado por la bodega. Libros, pinturas, discos, holocubos. Trajimos de todo un poco. De hecho, quisieron llamar a esta nave Arca. Pero eso era mirar hacia atrás. Mandelbrot es un nombre más adecuado. ¡Y el vitral! Querían escamotearlo de una catedral del siglo XII, pero finalmente aceptaron que esos vidrios ya estaban prontos a cristalizar. Gran plan: dar como regalo principal a nuestros amigos extraterrestres seis toneladas de vidrio molido: "Perdón, pero este material es metaestable y ya tenía doce siglos de antigüedad. Si nos esperan otros veinte años intentaremos traerles uno bueno". Además, el vitral que traemos es más bonito.
Será mejor que me vaya a hibernar. Vi 2001, de Kubrick. Tengo sueño.
* * *
El hombre anciano me preguntó algo. Yo no sabía la respuesta, ni nadie más en el mundo. Entonces el anciano me llevó al mercado, donde había varios hombres como yo. Me senté junto con ellos. Alguien me colocó una etiqueta, con un código de barras, casi justo donde yo no podía leerla.
¿Por qué se sueña cuando se está hibernando? Si se pudiera desconectar la conciencia,...
El código de barras estaba cambiando: a cada segmento oscuro se le desvanecía el tercio central. Lo miré de cerca. La tinta estaba migrando, dividiéndose y separándose. Se amontonaba en los extremos de cada segmento. Pero después de un tiempo, cada uno de los dos montones se dividía de nuevo, su tercio central se aclaraba. Y de nuevo. Veía las barras cada vez más cerca, cambiando y quedando siempre iguales.
... si se pudiera dormir durante años sin sueños,...
Y había palabras corriendo a lo largo de las barras: "permanecer, preservar, conservar". Chocaron con las palabras que se movían en sentido inverso: "evolucionar, derribar, inovar". De las palabras sólo quedaban fragmentos de vidrio. Pero a cada fragmento le empezaba a faltar el tercio central.
... si olvidáramos porque estamos en este viaje.
* * *
2 de septiembre:¿Soy la mariposa o soy Chuang-tsé? En cualquier caso, prefiero pensar que estoy despierto.
3 de septiembre:Olivia avistó la nave de los fractaleses.
-¡Es enorme!- exclamo, a pesar de que ya lo sabía por las lecturas del radar.
-El capitán Ibimura, de la nave Sikramura, nos envía sus saludos.-Olivia también es la lingüista- Nos escoltará hasta su mundo madre: Fractalia.
-¿Sikramura?, ¿Qué le pasó a la Ulises?
-En fractalés, Sikramura es Ulises.
El viaje será corto. El mundo madre de los fractaleses orbita su binaria bastante más lejos que la Tierra a Sol.
7 de septiembre:Ibimura es extraño, incluso para un fractalés: su tronco rechoncho, de donde nacen las ramas que en los fractaleses sirven para casi todo, es de un tono rojizo. Sus ramas, por el contrario, son mas bien azulosas. Almamura, el médico fractalés amigo nuestro, tiene un tono más uniforme: es pardo por todos lados. Es más nudoso que Ibimura, es cierto, pero también es más viejo.
Todas las ramas de Ibimura se doblan hacia nosotros cuando le hablamos. Es tan sólo una muestra de "cortesía humana", pues es perfectamente capaz de vernos con cualquiera de ellas. Con un ojo en una de cada tres puntas de sus zarcillos, no le costaría ningún esfuerzo atender el tablero de mandos al mismo tiempo que conversar con nosotros.
Pero Ibimura tiene un aire ausente, lo cual no sorprende si se recuerda que tiene una dimensión fractal de sólo 2.19 (también en esto es raro, Almamura y la mayoría de la tripulación de la nave fractalesa tienen una dimensión de Haussdorff de 2.85 ± 0.05). El día de hoy nos declamó, traduciendo simultáneamente a nuestro idioma, un fragmento de la Epopeya de Sikramura. Es un poema muy bello.
10 de septiembre:Fractalia (Éheremon, como se llama en fractalés) es un mundo que rota una vez cada tres horas. Sin embargo, Olivia se queja de no poder ver ninguna ciudad (nos acercamos desde el lado nocturno). Como los fractaleses brillan en la oscuridad, explica Almamura, no hay iluminación artificial. Además, viven en el interior de cavernas y galerías.
-Por cierto, -dice Almamura- ya terminamos la "ventana".
-¿No les ha causado problemas?- pregunta Olivia
-Sólo un poco, al principio. Es la temporada de lluvias y hacer un orificio así de grande en la pared del Museo del Contacto desequilibró la corriente de aire interior. Tuvimos que cubrir de nuevo "la ventana" con una lámina de... madera, sí, madera es el término exacto. Espero que eso no interfiera con el funcionamiento del "vitral".
- Me temo que sí, - dije yo (los fractaleses son sumamente sensibles al ridículo)- una vez colocado el vitral tendremos que quitar la "persiana" de ustedes. Otra cosa: con la lluvia y la rotación tan rápida de Éheremon, deberíamos indicarles a los visitantes que el vitral sólo será apreciable durante las horas de sol.
-Así lo haremos, esté tranquilo.
11 de septiembre:La gravedad de Fractalia es siete veces superior a la terrestre. Nuestros trajes están llenos de un fluido muy denso y espeso que nos ayuda a sostener el peso.
-Es como tomar un baño de tina todo el tiempo.- dice Olivia divertida.
También estorba un poco, sobre todo ahora que tenemos que andar con cuidado por los pasillos. El Museo del Contacto se ha empezado a llenar con los objetos que hemos traído. ¡Quién habría pensado que los materiales de la Tierra tuvieran tal efecto sobre el ánimo de los fractaleses! Se dedican a contemplarlos por todos lados, los tocan y luego agitan sus ramas de una manera peculiar. Creo que están sonriendo. Las pinturas ya están en sus sitios, pero no podrán apreciarlas completamente hasta que coloquemos el vitral. La luz que emite Almamura, por ejemplo, apenas le permite distinguir la cara de La Gioconda.
Terminaremos de colocar el vitral mañana. La ventana está colocada muy alto y las luces de la binaria se combinarán sobre el vitral de manera siempre cambiante a lo largo del año de Fractalia. Evidentemente, los artistas que hicieron el vitral ignoraban este hecho, pero creo que le resultará muy beneficioso.
12 de septiembre.
Naturalmente, ha sido mi culpa. Hago algunas cuentas rápidas: la alternancia de noche y día en Fractalia deberá apresurar la cristalización del vitral. Cinco años y de repente un día ¡crac!: vidrio en polvo por todas partes. Trato de explicarle a Olivia.
-¡Al diablo con la dilatación térmica!- dice Olivia y sale de la Mandelbrot.
Había cuidado otros detalles, como la incidencia de temblores, la humedad, incluso la intensidad máxima de los vientos. Pero esto lo había pasado por alto.
Busco a Olivia bajo la ventana. Están retirando la persiana. El montacargas levanta aquél peso enorme, haciéndolo a un lado. La luz de la binaria inunda la sala: las figuras del vitral derraman sus sombras coloridas sobre toda la exposición. Almamura e Ibimura, quienes son invitados especiales, vacilan un poco, agitando nerviosamente sus ramas.
-El vitral es demasiado frágil para sobrevivir en Fractalia.-les digo a mis extraños amigos.
-Ahora lo sabemos. -dice Ibimura, ausente- Y les agradecemos por traerlo de todos modos. Es muy bello.
-Creo que nunca habíamos tenido algo así en Fractalia, aunque algunos de nosotros hemos soñado con algo similar antes. -Almamura acaba de disipar una de mis incógnitas más grandes: los fractaleses sueñan, a su manera, aunque nosotros jamás los hemos visto dormir.- También creo que a muchos les disgustará esta fragilidad, pero es seguro que todos vendrán a verlo.
Olivia me guiña y sonríe. Apuesto que lo sabía desde un principio.
* * *
21 de septiembre:Es hora de partir. Estos diez años han sido un continuo aprendizaje, viajando por por cada una de las regiones de Fractalia. Hemos decidido dejar la Mandelbrot en el Museo del Contacto. Una habitación de la Sikramura ha sido adaptada para hibernar.
Quisiéramos permancer más tiempo, pero no es posible. Si nos quedáramos más tiempo, Amanda nunca se adaptaría a la Tierra. Afortunadamente, Ibimura y Almamura vendrán con nosotros. Siempre nos resulta sorpendente conversar con ellos. La nave se eleva sobre Fractalia.
¿Cuánto tiempo durará el vitral aún? Creo que mis cálculos no eran erróneos y, sin embargo, el terco vitral se niega a cristalizar. Olivia sospecha que los fractaleses lo han copiado y que el original se volvió polvo hace mucho tiempo. Yo lo dudo, especialmente ahora que nuestros dos amigos van a la Tierra a aprender directamente de los artistas que lo crearon.
-Leo,- me llama Olivia. Se asoma por el marco de la puerta de la bodega y me sonríe.- Amanda no puede dormir. Ibimura se declaró "tío incompetente" en este caso. Quiere que le cuentes un cuento.
-Ahora mismo voy. -contesto. Antes de salir de la bodega, vuelvo a preguntarme qué estará en el interior de la gran esfera verde que Almamura e Ibimura trajeron al subir. Las instrucciones que nos han dado para el Museo del Contacto (el de la Tierra) no son suficientemente esclarecedoras.
Pero dejo ese misterio a un lado, por el momento. Tengo que inventar una historia.
