Todo niño que desea incursionar en el mundo de la ciencia me atreveria a decir que casi en su totalidad es atraido por esos experimentos vistosos que nos muestra algun aventurado que desea entretener a algun pequeño de forma diferente, y en su afàn de hacer algo diferente en la enseñanza de alguna ciencia exacta o natural en la mayoria de los casos (o por lo menos estimado lector estoy escribiendo mi historia y tal vez se sienta identificado por esto), la última persona que me pregunto esto fue mi amigo Jorge Rodríguez S. -¿Por qué te gusta tanto la ciencia?- dijo. Como explicar está seductora atración, yo diría -como la primera vez que un niño prueba un helado o un chocolate y no recuerda la primera vez que lo hizo pero simplemente no puede parar de consumirlo-, así abruptamente decidimos dejar el programa del ”amigo de todos”, o las dos horas extra de sueño u otro tipo de distracción, y decidimos aprender a hacer más de esos ”trucos” casi mágicos, ¿por qué? Aún busco la respuesta.
Yo entre oficialmente al primer club afiliado a MILSET en México, en el año de 2001 en mayo 30 para ser exacta, se llama ”la pandilla Científica” (cabe señalar que aun me considero pandillera de corazón); dejeneme contarles un poco de este indreíble lugar: es un lugar en donde no hay libretas si no animaciones, no hay profesores si no animadores, y nunca hay respuestas badajas o absurdas, en donde no hay interrupciones si no aportaciones, donde siemrpe hay cosas que saber y conclusiones que solamente uno puede limitar. Recuerdo que el primer día que entre a una animación yo vestía una camisa azul y un corte tipo ”peluca”, tímida, pequeña, inquieta y frente de mí un grupo de amigos que se reunían los sábados a enseñar a un raudal de niños un poco de ciencia de una forma diferente, ese día recuerdo nitidamente que el tema fue ”metereología”, fresca, brillante, graciosa con aportaciones que me parecieron brillantes de todos mis compañeritos y aún lo harían si oyera a cualquier niño de 12 años referirse así de la teória caos y la probabilidad. En fin todas a la vez encausadas por esos jóvenes entre ellos los que más recuerdo: Jorge Catzalco, José Antonio Díaz, Juan Carlos Casco, Roberto Hidalgo, Teresa Mèndez y otros, mis queridos cienciajovenuzcos. Y de ahí gracias a la atención que recibí y toda la motivación me llevaron a conocer y aprender tantos temas, otras escuelas, otros países, otras personas, teniendo vivencias y experiencias únicas que aveces ni siquiera puedo aún asimilar, una resultado de la otra, conectadas a los resultados obtenidos; entre ellas incluidas el escribir en está revista.
Apenas para escribir este artículo he de confesar que apenas (si después de seis años) todo el reglamento de MILSET y los clubes de ciencia afiliados a este, sus principios y he de decir que estoy totalmente anonadada pues aunque jámas alguien me dijo en alguna animación o expo que sus fines de estos son:”ayudar promover la cooperación Internacional para la paz, mientras practicando las Ciencias y las Técnicas en una ambiente de respeto, comprensión y solidaridad”. Pero si me preguntan en mis propias palabras yo lo describiría como un lugar en donde sin importar de que escuela eres, edad, sexo u otro puedes ponerte siempre nuevos retos con estas inquietudes que nadie en tu salón o aveces en tu familia logro comprender, un lugar donde te promoveran valores de trabajo, iniciativa, en un ambiente tan afable que te hace desarrollar un increíble respeto, pero manteniendo un ritmo de labor, todo sin necesidad de continuos y jactanciosos discursos si no con hechos, trabajo, que simplemente te hacen regresar con tanto gusto cada semana. Y bueno otras cosas que vienen con está como manejar memorandum, cuentas, conocer a grandes personalidades de todos los ambitos, becas y un pasaporte a muy corta edad.
Me siento muy afortunada, de ver dos episodios muy importantes y relevantes en la historia de la organización de las expocisiones de ciencias internacionales, como pandillera, expocientifíca, niña ISEF, y ahora animadora.
La primera, como International Finalist del International Science and Engineering Fair (INTEL- ISEF), en Phoeniz Az, don de el Sr Donald R. Harless, al abandonar en Mayo del 2005 la presidencia de la considerada ”World Series” feria de ciencias en las que han salido millares de los mejores científicos del mundo y varios de los actuales premios novel por solo mencionar algunos, ”Don” al que recuerdo que conocí en mi papeleo final de registro, y a quien recuerdo como una persona sonriente, preocupada por cada detalle y persona de la feria desde los panelistas invitados quienes eran más de una docena y media de Premios Nobeles hasta los voluntarios y concursantes, una persona simplemente exepcional; de esas personas a las que deseas imitar, a las que quieres oír, a las que ponderas.
Ahora la segunda, el retiro del Sr Jean-Claude Guiraudon de la presidencia internacional de MILSET (Movimiento Internacional para las actividades de ocio en la Ciencia y Tecnología), uno de los encargados a nivel internacional de todo esta utópica tierra que les he contado, y aunque no me considero científica, bueno aún pienso que soy y me describo como una joven que vive entorno de la ciencia o por lo menos eso intenta y que tiene aún con un camino muy largo, como cualquier ”pandillero científico”, ”cienciajovennuzco” o ”expocientífico” pero si no fuera por espacios como estos que poco a poco ya van siendo más en México, que hacen más ameno este viaje en el cual te encuentras con frecuencia profesores estrictos, chasqueados que ponen a prueba o incluso desean truncar tu gusto por algo diferente a los deportes u otras pero que sin embargo no deja de ser no soló recreación si no algo más.
Gracias, por que personas como ustedes tienen el espíritu de mantener a movimientos como estos en los cuales personas con inquietudes pueden crecer y desarrollarse, con objetivos diferentes y que se atreven a “soñar en grande”. Más allá de un primoroso discurso o escrito de objetivos y filosofía, si no con un trabajo innovador y constante, con una increíble sencillez, a la cual que yo agradezco infinitamente a todos los involucrados desde presidencia, hasta los clubes regionales, por la hermosa obra de animar, motivar, apoyar y enseñar que en este duro medio es posible divertirse, crecer, correr incluso volar. No me queda más que decir suerte, cuídese y que le vaya bien joven Jean-Claude en todos los idiomas que tenemos que aprender para poder ir a las Expociencias, a las que alegremente siguen llegando nuevos y cada vez más jóvenes. Y reiterando el compromiso de todos los que formamos o hemos formado parte de algún un club de ciencia de seguir con este trabajo tan noble pues estos nos han hecho llegar a donde estamos y ser quienes somos en todos los sentidos y capacidades de nuestras vidas.
Cómo citar este artículo ISO690.
