"comprehendere scire est"

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Consejo Nacional para el Entendimiento Público de la Ciencia.

Emoción a cada momento: periodismo científico


Laura Romero Mireles +

La ciencia, que tiene su esencia en la comprensión del funcionamiento de la naturaleza y en el avance general del conocimiento, es base del desarrollo social y económico de las naciones. También está presente en la vida cotidiana, y en muchas ocasiones sirve para dar bienestar y mejorar la calidad de vida.

La generación de conocimiento adquiere un inmenso valor social; empero, esa valía sólo se obtiene cuando dicho conocimiento es comunicado. Sin embargo, eso no siempre ocurre así y la mayoría del público no tiene acceso a él, entonces ¿cómo apreciar lo que se desconoce?

A pesar de que nuestro tiempo se caracteriza por los avances vertiginosos en la materia y de que cotidianamente disfrutamos de ellos, la actividad científica parece ser inútil para mucha gente. En consecuencia, el apoyo a ese quehacer es insuficiente.

Percatarse de la importancia de la ciencia y la tecnología como motor de desarrollo, en especial para nuestro país, es fundamental. En tal sentido se espera que la comunicación social de la ciencia contribuya a la permanente educación del público y ayude a la sociedad a tener una actitud favorable frente a ella.

Pero no sólo eso: la divulgación de la ciencia y el periodismo científico deben ir más allá del simple hecho de dar a conocer hechos. También tienen que comunicar el proceso de obtención del nuevo conocimiento y, sobre todo, la belleza que encuentran los científicos al hacer su trabajo o un descubrimiento.

Los científicos son personas apasionadas de su labor y en el entendimiento de la naturaleza encuentran emoción. Lo mismo le ocurre al periodista científico, quien al escribir se enfrenta al reto de indagar y descubrir, y, sobre todo, de transmitir ese sentimiento. En años recientes la presencia de temas científicos en los medios informativos, radio, televisión y prensa, ha sido más notoria. Empero, aún es insuficiente.

Para el periodismo, muchas son las tareas pendientes para lograr que el público en general sepa, entienda y aprecie el conocimiento científico, aún aquel que por ser fundamental no encuentre aplicaciones inmediatas. Falta mucho por hacer, entre ello la especialización de los periodistas dedicados a esa área, así como su profesionalización.

Como señala Manuel Calvo, presidente de la Asociación Española de Periodismo Científico: "El mediador entre la ciencia y la sociedad, entre los científicos y el público, para realizar su tarea de poner al servicio de la mayoría los conocimientos de la minoría, necesita vocación y formación".

Y agrega que "el periodismo científico tiene una parte de periodismo y otra de ciencia. En la primera dimensión, como materia informativa, se trata de una especialidad de nuestro tiempo; como parte de la ciencia es algo inherente a la propia función del conocimiento, una actividad social que parece requerir no sólo la participación de la comunidad investigadora, sino de toda la sociedad".

Muchos de los mejores especialistas en diversos campos del conocimiento, por distintas razones, no dan a conocer su trabajo; una de ellas es la poca disposición para escribir un texto dirigido al público en general, por falta de tiempo o de habilidad para comunicarse con personas no especialistas. En ese punto interviene de manera importante el periodismo científico.

Por ello, la información científica publicada debe cumplir con las características de la difundida acerca de cualquier otra materia; es decir, el periodismo, sin importar el tema, debe transmitir información acerca de un hecho actual, inédito, de interés y con valor.

Para lograrlo, el trabajo del reportero debe garantizar precisión, comprensión y penetración, es decir, debe ahondar en el significado del hecho para descubrir su trascendencia. Esto último es especialmente importante en el trabajo del reportero científico.

En México, como en otros países, la educación de los periodistas científicos es casual; en las escuelas y facultades que imparten la carrera de comunicación o periodismo no se considera prioritario formar alumnos para la cobertura de actividades científicas. Además, los cursos, diplomados y estudios de posgrado en el área son escasos.

A ello se suma el poco interés de la mayoría de los estudiantes por dedicarse a esta área. Esto podría entenderse porque se requiere un trabajo arduo, buscar información, realizar investigaciones previas para entender los temas y no caer en interpretaciones o emisión de juicios de valor acerca de un hecho científico o tecnológico.

El aprendizaje, entonces, se basa sólo en la práctica cotidiana en la cual el binomio científico-comunicador debe ser indisoluble para un periodismo científico de calidad, sobre todo cuando la complejidad de los temas no deja otro camino.

Se trata, como mencionaron Amalia Dellamea y Mabel Marro, en su ponencia presentada en el Encuentro Iberoamericano de Periodismo Científico, celebrado en 1999 en Quito, Ecuador, de que "el trabajo cooperativo investigador-divulgador se desarrolle en el contexto del reconocimiento mutuo y el respeto por las competencias respectivas en las dos áreas de especialización: la investigación científica y la comunicación profesional".

Sea cual sea el género empleado, los periodistas tienen la obligación de comunicar y hacer accesible a todo el público la información técnica o especializada, ya que la presencia de palabras eruditas no explicadas refleja su incapacidad para comprender y transmitir una realidad compleja.

El hecho científico debe ser explicado al lector. Nunca se deben tratar los temas de manera superficial y con poca seriedad. Tampoco de forma "amarillista" o "alarmista".

El divulgador o comunicador de la ciencia está consciente de que su tarea es interminable y cada vez más importante porque los avances científicos y tecnológicos no sólo no se detienen, sino que son cada vez más rápidos.

Por eso, como opina el propio Manuel Calvo, no es posible un ejercicio responsable del periodismo sobre ciencia y tecnología, con criterio y ética, si no nos capacitamos.

De ahí la importancia de proporcionar a los periodistas las herramientas necesarias para contribuir de mejor manera a que el conocimiento científico esté al alcance de todos y, ¿por qué no?, despertar en el lector, el televidente o el radioescucha, la duda, el interés y la emoción.


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