COMPRENDAMOS

Podría pensarse que estudiar fuera de México es una necesidad dadas las condiciones que ofrece nuestro país. Curiosamente, no es así del todo. A casi seis meses que salí de mi tierra, puedo sostener sin dudar que el posgrado nacional (al menos en Matemáticas y áreas afines) tiene muchas fortalezas. Personalmente, considero que todos aquellos que tienen la oportunidad de estudiar un posgrado deben sentirse satisfechos, no obstante ello no sea en el extranjero.

Por supuesto que existen debilidades en nuestra preparación pero, precisamente, el aceptarlas es el primer paso para superarlas. Lo que urge, en suma, es educarnos en todos los niveles.

Sí, es cierto que tenemos deseos y que es injusto que se nos estereotipe como holgazanes, pero mientras no veamos el impacto cultural --aquél del que hablan los héroes, llámense Marcos, Bolívar o Ghandi-- no tiene sentido el mencionarlo.

La fábula que escribo, donde reconozco no saber todavía quienes son los animalitos, habla de una armonía social que envidiarían mil y un mundos del cuentacuentos Bradbury. Una vida que nos coloca como la economía mundial número 13. Con los servidores públicos a la par de cualquier personaje de la vida diaria, en un microbús en el que, por si fuera poco, se escucha música mexicana grabada en los estudios de Alemania, al ritmo de Crónica de Castas del maestro Jorge Reyes (''homónimo'' del legendario Don Juan, primer Conde de la legión de los Villa's Boys), y en el parabrisas pegada una estampa que lo acredita como beneficiario del Infonavit, insisto, como cualquier otro servidor público de los que rondan por Avenida Constituyentes.

Tal impacto cultural, que daríorigen abruptamente a la cicloide evolutiva, se exige en todos los niveles, desde los pequeños del kinder hasta los ''ya bien definidos'' (pero no por ello insensibles al cambio) como son los universitarios.

Creo que si se desea una evolución sin dolor de parto, apremia no esperar a que los otros lo hagan: cada uno puede hacer lo que debe, si es valiente para enfrentar a los mil monstruos. Encuentro favorable estar estudiando en tierras lejanas porque entiendo de otro modo el cambio que sufre México, tanto es así que cuando regrese --y una vez adaptado-- espero pueda compartir conocimiento diferente, aunque no por ello superior, al aprendido por los estudiantes en México: sólo diferente y por ende aprovechable para el bien común.